Mi querido hijo y pequeña víctima de mi Sagrado Corazón Eucarístico:
La Encarnación Mística es la Séptima Morada de la santidad. Por medio del Espíritu Santo, mi Sagrado Corazón y el Doloroso e Inmaculado Corazón de mi Mamá Santa se han encarnado místicamente en tu corazón.
La Santísima Trinidad, en esta Encarnación Mística, ha celebrado su matrimonio espiritual con tu alma, es decir, por medio de la Encarnación Mística tu alma se ha desposado con la Trinidad y, en esta unión, vives las primicias de las Bodas de la Iglesia con el Cordero. Por el Don de la Encarnación Mística, también, se te ha concedido el sentir y sufrir con la Iglesia y por ella ofrecerte, por mi esposa la Iglesia.
Con la Encarnación Mística que te he concedido te desposas conmigo, y en Mí, con el Padre y el Espíritu, y conmigo te ofreces al Padre también por mis sacerdotes, para que todos puedan comprender que en el Altar, también, viven la Encarnación Mística y Sacerdotal.
Este es el Don más grande que he querido darte: la Encarnación de nuestros Dos Corazones en el tuyo, hacer de tu alma otro Jesús, otra María. Y este es el más grande Don que el Espíritu Santo ha dado a tu alma para amar y servir como heraldo del Reino de Nuestros Dos Corazones.
Mi pequeña nada, cada Primer Jueves de mes, de manera perpetua, oren la Corona a mi Sagrado Corazón Eucarístico meditando en los Siete Dolores interiores de mi Corazón. Cada Primer Jueves de mes vivan la Santa Misa, mediten en los Siete Dolores de mi Corazón en la Corona al Corazón Eucarístico y oren por todos los sacerdotes y todas las ofensas contra este Sagrado Sacramento del Orden.
Mi pequeño Jesús-María te bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima sin pecado original concebida.