Queridos hijos:
Alabado sea el Sagrado Corazón Eucarístico de mi Hijo Jesús.
Como el Corazón Doloroso e Inmaculado de María, título que da cumplimiento al Apocalipsis 12, la Mujer Vestida del Sol y Madre del Verbo, estoy entregando a todos mis hijos mis gritos de parto. Los gritos de parto, anunciados en Apocalipsis 12, son estos mis Últimos Llamados de Amor y de Conversión a la humanidad.
Cuando la Iglesia y el mundo me reconozcan como Corredentora, Mediadora, Abogada y Madre, la Iglesia será renovada eucarísticamente y la humanidad será eucaristizada. Reinará el amor.
Mi pequeña nada, lo que comencé como la Señora de Todos los Pueblos, lo terminaré como el Corazón Doloroso e Inmaculado de María.
Como la Señora de Todos los Pueblos, con mi Doloroso e Inmaculado Corazón los bendigo. Y te bendigo a ti, mi pequeña nada, que te has hecho víctima por el triunfo de Nuestros Corazones Unidos.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.