Mi Ley es el Amor y mi Mandato es la Misericordia.
Mis queridos hijos de mi misericordia, les entrego mi Sagrado y Misericordioso Corazón para que toque sus corazones y sean transformados en la Ley del Amor. Porque mi Ley es el Amor y mi Mandato es la Misericordia.
Es necesario que desapeguen su corazón de todo lo que es pasajero, vano y mundano. No inquieten sus corazones con los problemas de la vida vana, finita y terrena. Porque la verdadera vida es la vida del Espíritu. Porque dónde está el Espíritu Santo de Dios hay libertad y vida.
Mi Sagrado Corazón con sus Rayos de Misericordia llega a ustedes, y a través de ustedes a toda la humanidad. Por eso les pido que sean un reflejo de mi misericordia en la humanidad herida y descuidada por el mismo hombre.
Oren, oren, oren para que puedan ser sanados con mi Misericordia, y limpiadas sus almas con mi Sagrado Espíritu Santo, el cual les guiará y les está guiando hacia la Verdad. Oren por ustedes, para que respondan, perseveren y vivan mis mensajes que, aquí, les entrego.
Muchos han venido y así se han ido, porque sólo han sido llamados, pero no escogidos. Y a ustedes los he escogido, preservado y consagrado con mi Preciosa Sangre y Lágrimas de Sangre de mi amada Madre.
Por los que han escuchado estos Llamados pero no perseveran, ya no oran, porque sus corazones no desean ser moldeados según el Espíritu Santo, más ustedes han sido escogidos.
Siempre oren. Nunca bajen sus manos haciendo tregua con este mundo, sino que luchen hasta el final como Yo lo hice, ayudado por mi Padre, amándoles hasta el final, hasta la Cruz por amor a ustedes.
Pero he resucitado porque Yo soy el Camino, la Luz, la Verdad y la Vida. Pero si ustedes creen en Mí y en mis Palabras no andarán más en tinieblas. Tendrán Vida, la Vida de Dios, la Vida por la Gracia de la Misericordia. La Vida del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo en sus corazones para que así sean realmente cristianos verdaderos que oran y que aman a su Maestro de Nazaret.
Yo vengo con mis poderosas Llagas para sanarlos y purificarnos, y que me sirvan en Espíritu y Verdad.
Esta obra se extenderá porque muchas almas escogidas, porque muchos rebaños estoy uniendo, porque esta es la última gracia que entrego a la humanidad a través de este pequeñísimo siervo. Les pido que oren y trabajen con él y conmigo, para extender el Reinado de Nuestros Sagrados Corazones Unidos: el mío y el de mi Madre.
Porque eso es lo que he deseado desde la creación del mundo, que el Reino de Dios venga al mundo, aunque no todos lo reciben. Pero el Reinado se extenderá, porque esta Obra es mía y su vida se volverá apostolado, es decir, discipulado, testimonio que desean su realidad desde su vida diaria, darán testimonio mío, de que Yo y mi Madre reinamos en sus corazones.
Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.