Tiempos de misericordia
Querido hijo:
Yo Soy, tu Padre.
Hijo mío, estáis viviendo tiempos de gracias y misericordia. Estoy derramando sobre ustedes mi Amor, porque quiero encender en sus almas el Fuego del Amor Divino, para salvar a todas las almas, dejando que mi Amor les llene.
Hijo, en verdad, te hablo y te envió para que enciendas a toda la humanidad con el Fuego del Amor Divino.
Manuel:
El verdadero apóstol del Inmaculado Corazón de María es también el apóstol de los Últimos Tiempos, son aquellos que realmente llevan en sus corazones el celo por el anuncio del Evangelio y la salvación de todas las almas.
El Apóstol es alegre, servicial, transparente, humilde y obediente, vive con amor la Sagrada Eucaristía, lucha por el triunfo de Jesucristo y su santa Iglesia.
Este Fuego del Amor Divino es el Fuego de un nuevo Pentecostés, un nuevo y eterno derramamiento del Espíritu Santo que nos obtendrá nuestra Santísima Madre.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.