Bien amados de mi Sagrado Corazón Eucarístico que en cada tabernáculo de la tierra espera su visita, su adoración, su amor.
Los Primeros Viernes de cada mes, revelados por Mí a santa Margarita, en estos Últimos Tiempos, tienen una gracia especial. Y mi deseo es que ya no sean solo nueve Primeros Viernes, si no Primeros Viernes perpetuos. De modo que, la reparación, la adoración y el amor a mi Sagrado Corazón Eucarístico sea una obra perenne de caridad, para reparar mi Sagrado Corazón Eucarístico tan rechazado y despreciado por los hombres, y para alcanzar misericordia para la humanidad.
Amados de mi Corazón, las Devociones del Apostolado son actos de caridad para con Dios y para con el prójimo.
Con mi Sagrado Corazón Eucarístico los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.