Mis queridos hijos, agradezcan a Dios Padre Tierno y Misericordioso por el don de mi presencia entre ustedes. Esta es una gracia particular y especial de la Santísima Trinidad en estos tiempos: el don de mi presencia y de mis Llamados de Amor y de Conversión.
Queridos hijos, renueven la Devoción de los Primeros Sábados de cada mes con su obediencia a mis pedidos maternales.
Hijitos, comprendan que, cada Primer Sábado de mes es el día que la Santísima Trinidad ha concedido a mi Doloroso e Inmaculado Corazón derramar toda gracia para la humanidad. No desprecien a su Madre y acojan mis Llamados.
Yo, la Señora del Apocalipsis los bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.