Queridos hijos, mi Corazón Inmaculado está con todos mis pequeños apóstoles para infundir en ustedes sabiduría y amor para con mi Hijo Jesús.
Mis queridos hijos, como Madre de la Palabra Encarnada vengo a ustedes a transmitirles el Evangelio de mi Hijo; por eso, pequeños apóstoles, lean diariamente la Sagrada Escritura, mediten en la Palabra del Señor. La Sagrada Biblia debe estar en un lugar visible y digno. Porque la Sagrada Escritura es mi Hijo Jesús hecho Palabra.
Pequeños, esta Palabra se hizo Carne en mi Vientre Inmaculado. Lean la Palabra de Dios y medítenla en su corazón, así tendrán la luz y la sabiduría necesaria para que no sucumban ante los errores y falsas doctrinas que mi adversario está instalando en los corazones de muchos.
Pequeños, todo lo que os enseño y anuncio, y mis venidas a este mundo, son un Don de Dios para todos los hombres, pero siempre el mundo rechaza los Dones de Dios porque quieren vivir según su espíritu mundano, materialista y egoísta, y no según el Espíritu Evangélico de renuncia, de Amor Santo.
Pequeños, todo lo que les he advertido, en mis diferentes manifestaciones, son por vuestro propio bien y para que muchas almas sean salvadas. Pequeños, cuando la Bola de la Redención sea visible este será un aviso para que todo mi ejército se una a mi Corazón Inmaculado y ore por misericordia.
Yo les protegeré pequeños, no tengan miedo, que todo es parte de un hermoso Plan de Dios. Oren y amen a Jesús, y vivirán en paz, y amarán a los demás hombres y orarán por ellos. Acepten el Amor Santo y Divino en sus corazones.
Les amo y les bendigo.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida