Mirad al sol.
Mi pequeño, mi escogido, la culminación de todas mis Gracias es tu alma, a la cual he revelado el mensaje y la devoción que salvará a toda la humanidad: Mi Corazón Doloroso e Inmaculado es la culminación de todo mi Ser.
Yo ahora, como la Nueva Eva, revelo a tu alma la Advocación que es universal y mística en su esencia, de la cual derramo gracias abundantes para la Iglesia y el mundo.
Cuántos llamados y pedidos se han ignorado.
Hoy deseo repetir lo que dije en Fátima:
Mirad al Sol, mirad la Luz, mirad la claridad de Dios. Cuando os pedí ‘mirad al Sol’, os pedí ‘mirad a Cristo’, al Astro Rey, el que ilumina las tinieblas, el que dará Luz y Resplandor donde no se necesita el sol, ni la luna, porque mi Hijo Jesús es vuestra Luz.
Y ahora les digo:
‘Miren a la Mujer Vestida de Sol, la Madre del Sol, que es Cristo, el Señor’.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Ave María Purísima, sin pecado original concebida.