33 Horas de Reparación

¡Paz y alegría!
En los Corazones triunfantes de Jesús y María

Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal y profetizarán sus hijos y sus hijas; sus jóvenes verán visiones y sus ancianos soñarán sueños. Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu. (Hch 2, 17-18).

Los Últimos Tiempos o Últimos Días se inician desde el momento de la Encarnación del Verbo en el Vientre Purísimo de María. No hay que confundirlos con el fin del mundo, tiempo de la consumación, que solo Dios Padre conoce.

El ángel respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. (Lc 1, 35). 

El Espíritu Santo de Dios, al cubrir a María con su sombra en la Anunciación, estableció la unión de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, para restablecer en la humanidad y en toda la creación lo que habían perdido nuestros primeros padres: Adán y Eva. Todo por causa de la desobediencia a Dios y que dio origen al pecado y a la muerte. 

El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. (1 Jn 3, 8b).  Ha venido para que tengamos vida y vida abundante: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. (Jn 10, 10b). 

Es el Camino, la Verdad y la Vida que conduce al Padre: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. (Jn 14, 6b).

Toda su vida pública fue un mostrarnos el rostro misericordioso de su Padre.  Jesús nos enseñó en la oración del Padre Nuestro que pidamos su Reino y que se haga su Voluntad así en la tierra como en el cielo (Mt 6, 10b).

Sabemos que en ningún periodo de la historia hemos vivido en la Voluntad de Dios, tampoco en el presente lo hacemos; pero eso no quiere decir que Dios Padre no pueda conceder, en un futuro, el deseo de su Hijo amado:… Para que todos sean uno como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno… (Jn 17, 21-22).

A lo largo de los siglos Dios ha suscitado en su Iglesia instrumentos proféticos que fueron en su momento: perseguidos, difamados, censurados y muchos otros martirizados por su fe.  Cuando un profeta es auténtico, Dios no lo libra de la cruz, pero se encarga, en su tiempo, de mostrar su autenticidad. 

La lista en la Iglesia católica es larga, sobre todo en cuanto corresponde a las revelaciones privadas. Por ejemplo, costó siglos que la Devoción al Corazón de Jesús fuese aceptada a nivel universal.  

Los cuatro grandes dogmas marianos fueron un largo proceso de controversias teológicas antes que la Iglesia proclamase su definición.

Más reciente tenemos las revelaciones de Fátima que, aún cuando no sea dogma de fe creer en sus apariciones, no se puede negar el impacto universal, y sobre todo en la Iglesia.  De ella se refirió el Papa Emérito Benedicto XVI, quien afirmaba que Fátima es un tema no concluido. Es allí en Fátima donde se profetizó el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.  Ella se presenta, con dolor, como embajadora del Padre Dios, en medio de la Primera Guerra Mundial y advierte que, si no obedecemos su pedido vendría una guerra peor; como en efecto ocurrió en la Segunda Guerra Mundial.  Suplicó que dejáramos de ofender a su Hijo, que estaba demasiado ofendido. 

San Juan Pablo II estuvo muy vinculado a los acontecimientos de Fátima, ya que le atribuyó a la Virgen el hecho de haberlo librado de la muerte el 13 de mayo de 1981. San Pio de Pietrelcina también fue testigo del favor de la Virgen del Rosario de Fátima.

Sabemos que todas las profecías están condicionadas a nuestra respuesta de arrepentimiento, e invitan a la penitencia y a la conversión.

Recordemos el siguiente pasaje evangélico: Les respondió Jesús: ¿Piensan que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, se lo aseguro; y si no se convierten, todos perecerán del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿piensan que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, se lo aseguro; y si no se convierten, todos perecerán del mismo modo (Lc 13, 2-5).

El Diario de santa Faustina tuvo prohibida su divulgación por más de 20 años hasta que, el entonces Cardenal Carol Wojtyla, hoy san Juan Pablo II, revocó por completo la prohibición. En él encontramos el siguiente mensaje de Jesús a santa Faustina y al mundo: Habla al mundo de mi Misericordia… es una Señal de los Últimos Tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia (Diario 848).  Prepararás al mundo para mi última venida. (Diario 429). Habla a las almas de esta gran misericordia mía porque está cercano el día terrible, el día de mi justicia. (Diario 965).

Antes del día de la Justicia, envío el día de la Misericordia (Diario 1588).  Estoy prolongando el tiempo de la Misericordia, pero ¡Ay de ellos si no reconocen este tiempo de mi visita! (Diario 1160).

El Papa san Juan Pablo II, el día de la canonización de santa Faustina, el 30 de abril de 2000, Domingo de la Misericordia, entre otras cosas, dijo en su homilía: Jesús dijo a sor Faustina: la humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia (Diario 300).

A través de la obra de la religiosa polaca, este mensaje se ha vinculado para siempre al siglo XX. Último del segundo milenio, parte hacia el tercero.

Todavía queda tiempo, que recurran pues, a la Fuente de mi Misericordia (Diario 848). Quien no quiera pasar por la puerta de mi Misericordia, tiene que pasar por la puerta de mi Justicia…

(Diario 1146).

Los mensajes conocidos como Últimos Llamados de Amor y Conversión a la humanidad son una recapitulación de todas las manifestaciones que están en fidelidad al Magisterio de la Iglesia y sometidos a su juicio definitivo.

El instrumento que Dios eligió para esta misión se llama Manuel de Jesús, quien, desde niño, ha sido favorecido de gracias místicas. Hasta hace poco tiempo estuvo en anonimato. 

El 9 de abril de 2015, Manuel de Jesús recibe un Llamado, el Señor Jesús le dice: 

Los rayos de mi Misericordia abrazarán al mundo entero, que con el amor que brota de mi Sagrado Corazón disiparé todo mal y las tristezas de aquellas almas que acepten mis palabras con la santa fe. Y un año antes de que el Papa Francisco proclamase el Año de la Misericordia en 2016, recibe el siguiente

Llamado: Mis queridos hijos, estamos en los 

Tiempos de la Misericordia, donde vendré a reunir a mi pueblo fiel, a aquellos que han tenido un encuentro vivo conmigo. Seré Yo quien reuniré a mi rebaño, junto a la Divina Pastora de las almas que los conducirá, guiará y enseñará la gloria de mi Reino, extendiéndose como una Llama de Amor en todos los corazones que crean en Mí… oren, oren, oren…

Se me ha pedido, acompañar espiritualmente a este instrumento de Dios y al Apostolado que se le ha confiado.

Todos aquellos que profesan, en cualquier parte del mundo, devoción y amor a los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María son parte de este Llamado y apóstoles de los Últimos Tiempos, bajo la fiel protección y custodia de nuestro amado San José.

Fiat, Fiat, Fiat.

P. Teófilo del Consolador

San Pablo VI aprobó un decreto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (AAS, 58, N.º 16, página 1186, de 29-12-1966), aboliendo Canon 1399 y 2318 de la previa Ley Canónica, a través de este decreto se permite la publicación, distribución y lectura, por los fieles, de escritos de revelaciones, nuevas apariciones, profecías milagros, etc., sin el permiso expreso de la Iglesia, siempre y cuando , estos no contradijeran o pusieran en peligro la Fe y el Dogma de la santa Madre Iglesia católica. Esto significa no imprimátur es necesario.

LA PASIÓN EUCARÍSTICA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y DEL DOLOROSO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA O LAS 33 HORAS DE REPARACIÓN

Esta Devoción, de las 33 Horas de Reparación, donde se considera mediante meditaciones y oraciones, la Dolorosa Pasión de Jesús, vivida y sentida desde el interior de su Sagrado Corazón.

Esta Devoción, llamada: La Pasión Eucarística del Sagrado Corazón de Jesús y del Doloroso e Inmaculado Corazón de María, consiste en 33 Horas de Reparación, cada día se ora y medita una Hora Reparadora durante 33 días contínuos, constituyendo así, 33 días de meditación, que se pueden meditar en cualquier época del año, y muy especialmente durante el tiempo de Adviento o de la Cuaresma.

Cada Hora de Reparación consiste en una Oración preparatoria para la meditación, la Hora Reparadora correspondiente para cada día, y se termina orando La Dulce Cadena del Amor Divino.

En cada Hora de Reparación se meditan los Llamados de Amor y Conversión de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María que han dictado al instrumento del Apostolado, Manuel de Jesús.

En cada Llamado de Amor y Conversión correspondiente para cada Hora Reparadora, los Sagrados Corazones revelan el sufrimiento interior, el ofrecimiento oculto que ofrecieron a Dios Padre Tierno y Misericordioso.

Cada Hora de Reparación es una cadena continua de reparaciones desde la Creación del mundo, los profetas y la vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los Dolores de nuestra Santísima Madre, y la venida del Espíritu Santo.

Son 33 Horas de Reparación en honor de los 33 Años de vida de Nuestro Señor Jesucristo, y los 33 años que Nuestra Señora vivió con su Amado Hijo, unidos viviendo la Divina Voluntad del Padre Tierno y Misericordioso, desde la Anunciación-Encarnación hasta la Gloriosa Ascención de Nuestro Señor

Jesucristo al Cielo, y la Venida del Espíritu Santo en Pentecostés.

Nos sumergimos en la Divina Voluntad y reparamos a Dios Padre Tierno y Misericordioso, a través de los Sagrados Corazones Unidos de Jesús y de María, asistidos por el Divino Espíritu.

¡Fiat Mihi Secumdum Verbum Tuum!

9 de junio de 2018 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Las 33 Horas de Meditación Reparadora

Mi querido hijo y pequeño esposo de la Cruz, te estoy obsequiando un hermoso Don para estos tiempos: Nuestros Sagrados Corazones Unidos, nuestra vida interior y nuestro mismo Amor y Dolor. Cada letra que escribas, cada palabra que leas, aliviará Nuestros Corazones Unidos, liberará Almas Benditas del Purgatorio, rescatará almas sacerdotales y acercará a la humanidad a Nuestros Sagrados Corazones.

Cada meditación que mi Madre y Yo te dictamos es reparadora y a la vez intercesora. Iniciarás con una meditación orante, proseguirás con la Hora de Meditación Reparadora correspondiente, y finalizarás con la oración de la Cadena de Amor.

Bendigo estas Horas de Meditación Reparadora, desde hoy para siempre.

Humanidad, te entrego estas Horas de Meditación Reparadora para que te acerques a mi Corazón Eucarístico, me conozcas y te dejes amar por tu Dios (1 Pedro 5, 6).

9 de junio de 2018 - LLAMADO DE AMOR Y CONVERSIÓN DEL CORAZÓN DOLOROSO E INMACULADO DE MARÍA

Las 33 Horas de Meditación Reparadora

Mi pequeño, este Apostolado acelera el Triunfo Final de mi Doloroso e Inmaculado Corazón, pero estas Horas de Meditación Reparadora preparan interiormente los corazones de mis hijos, (2 Corintios 4, 16) para recibir y vivir mi Triunfo y el Reinado de Jesús Hostia.

Pequeños míos, procuren orar y meditar una Hora Reparadora.

Fiat.

21 de junio de 2018

Oración preparatoria para la Meditación de la Hora de Reparación

Jesús, amor mío, soy tu pobre nada. Mi Jesús, soy nada y además pobre, por eso necesito de tu Santo Espíritu que, unido al Doloroso e Inmaculado Corazón de la Mamá Celestial, llenen mi pequeño corazón de Amor Santo y Fuego Divino para enfervorizar mi ser tan frío e indiferente al Amor de Dios.

Jesús, mi Esposo Celestial, al comenzar mi meditación reparadora, prepara mi espíritu para recibir la Luz Divina que me conceda conocer y grabar en mi corazón los Misterios de tu Amor Infinito, Amor que entregaste a una Cruz para que yo te amara, Amor que expiró su último aliento para que yo tuviera vida.

Jesús, Mamá Celestial, tomo los méritos de cada Hora de Meditación Reparadora y los hago vida, que multiplicándose en mí den luz a todos los corazones, y haciendose vida en mi pobre vida me preparen a mí y a todos para el Triunfo del Doloroso e Inmaculado Corazón de María y del Reinado del Espíritu Santo. Amén.

21 de junio de 2018

Al terminar la Meditación Reparadora, se realiza La Dulce Cadena del Amor Divino